domingo, 20 de noviembre de 2016

Gente heroica, Olvido

Gente que se enfrenta al mal, Olvido





Siempre que te digo que somos afortunados, me refiero a la cantidad de medios que tenemos al alcance de la mano, a las oportunidades para desarrollar cualquier tipo de inquietud intelectual, a lo fácil que se ha vuelto el conocimiento de casi cualquier cosa que se pueda conceptualizar, plasmar, filmar, difundir. Pero hoy te quiero pedir disculpas porque, como no podía ser de otro modo, toda esa ventaja también lleva aparejado un enorme riesgo. Me explico.


He estado en un congreso en la Universidad de Málaga. Durante tres días, numerosos profesionales con experiencias muy variadas nos han explicado qué opinan y qué creen que es posible hacer para recuperar -o al menos para desactivar- a los que predican el odio y están sedientos de sangre.



Me ha sorprendido gratamente la experiencia de Sri Lanka. Llegado el momento de devolver a la sociedad a unos 12.000 miembros de Tigres Tamiles, el gobierno decidió que tenían que volver a la vida en libertad desposeídos de su peligrosidad. Y parece ser que  lo han conseguido por medio de un plan concebido casi como un traje a medida. El making of corrió a cuenta de Malkanthi Mettiarachchi, directora del programa de desradicalización. Lo que más me ha impactado es que una mujer de constitución frágil, con su propio ejército de inteligencias, rescató a miles de potenciales violentos.

Otra cosa que me ha impresionado es la dureza e incomprensión que soportan nuestros compañeros franceses. En la imagen, a la derecha del presidente de la República Francesa Hollande, está Jean Francois Forget, el secretario general del sindicato francés que se ha encargado estos días de describir cómo se enfrentan ellos a los radicales dentro de su ámbito profesional. 




Jean Francois ha resultado ser una persona muy próxima, con un gran sentido del humor. En un momento dado, durante la comida, se refirió a sí mismo como "la bête noire" de la Administración francesa. A partir de ahí, fue un no parar: "M. la bête noire, s'il vous plait, nos puede pasar el agua?". Demostró un carácter de lo más amable y creo que sintonizó con nuestra picardía española.



No me impresionó menos la compañera belga, Laurence Clamar, y la forma en que pudo desgranar su dura realidad profesional con una sonrisa en los labios.  En uno de los descansos quise hablarle de un tema distendido -para el alto voltaje ya teníamos muchas horas de aula- y le dije que de todas las cosas que asociaba a Bélgica, mi icono favorito era Hercules Poirot. Casi la mato de la risa. Protestó escandalizada:
-Por favor, qué me dice de Jacques Brel?
-
Bien sûr, Jacques Brel est sublime!!!

Quizá quien no estuvo a la altura de mis expectativas fue el sector periodismo y el segmento profesorado. Empiezo a creer que hay algo en la palabra Universidad que hace que muchos sujetos se sientan infatuados por un espíritu que no poseen.

Pero a donde quería llegar era a Dounia Bouzar, directora del Centro de prevención contra las derivas sectarias vinculadas al Islam. 


Lo que expuso es lo que me ha hecho pedirte perdón por ese contínuo "qué afortunados somos" que te escribo en este blog. Ella nos explicó cómo en las redes se capta a jóvenes por procedimientos que es difícil ver venir de lejos. Cómo se diseña una estrategia específica para cada tipo de joven: el aventurero, la que quiere salvar a los niños, el conquistador, la romántica que busca un amor incondicional, etc. No importa si la persona joven contactada quiere cuidar a los niños sirios enfermos o si lo que busca es un hombre que la quiera y la cuide toda la vida, o tal vez luchar por un ideal; hay un programa de captación especialmente diseñado para cada tipología, para cada carencia. 


El plan comienza induciendo la paranoia y llega por vía youtube u otras plataformas de difusión online. No es extraño que las personas captadas sean brillantes, estudiosas, idealistas incluso. Por supuesto, al final del plan adquieren la misma fría desensibilización al sufrimiento que la organización promotora.

Bouzar tiene ante sí el reto de desprogramar o desectarizar a aquellos casos en que se llega a tiempo: chicos o chicas interceptados en la frontera o que estaban muy próximos a salir del país. Otros menos afortunados abandonan a su familia y  llegan a su destino. Los pocos que consiguen volver con vida algunas veces se implican en desprogramar a otros jóvenes.

Evidentemente, Bouzar vive rodeada de fuertes medidas de seguridad.

Estos son algunas personas que he conocido en Málaga y quería hablarte de ellas. Son héroes. Los necesitamos no solo por las hazañas que son capaces de acometer, sino porque su mera existencia desmiente lo pequeños que nos sentimos a veces.

Espero que tu curso haya comenzado de lo más interesante. 


PD. Supongo que no se te escapa que, en la distancia, intento ponerte en guardia contra el peligro. ¿Qué puedo decir? Soy tu madre.