¿Quiénes son sus amigos de la montaña? Nunca lo vamos a saber. Cuando sube por la ladera bordeando la casa de la vecina, parece que sabe muy bien a dónde se dirige. Casi hace el mismo camino que el día en que bajó, con todos los pelos de punta, más flaca que la raspa de una sardina, pero muy chula. Le plantó cara a los dos perros del Edu y a él le arañó. Luego, no sé por qué, se subió a la valla de nuestra casa y se quedó allí, basculando sobre la tripilla. Me dejó que la cogiera. Comió un poco. Luego le dije: "ahora te tienes que marchar". Me miró como diciendo "tú estás tonta ¿no?". Acto seguido se dirigió hacia la mesa donde cenabas e intentó meterse dentro de las lentejas. Luego creció, tuvo sus cuatro hijitos, después se independizó mucho, incluso pasaba días sin venir... Ahora ha decidido volver a casa por Navidad. Estamos encantados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario