El viernes pasado comencé las clases de pericia en psicografología de orientación familiar y profesional. Vamos a aprender a ayudar a chicos y chicas con un problema de disgrafía y también a aquellos que no saben hacia donde orientarse profesionalmente.
Fui en tren. Cuando me subí, no me di cuenta de que había un gatito en un cesto. Comenzó a maullar y la dueña lo sacó. Era precioso.
-¿Le puedo hacer una foto? -le pregunté a la chica-. Es que a mi hija le fascinan los gatos y no me va a creer cuando le diga que esta gatita viajaba en tren.
¿Por qué le dije esto? Al cabo de un rato me di cuenta de que, en cierto modo, había soltado una mentira y sin embargo lo había dicho con tanta naturalidad...
Creo que lo que me pasa es que cuando dejo algo aquí siento que tarde o temprano te llegará y, por tanto, es como si te explicase cosas. Lo único extraño es que el tiempo entre que te explico y que me escuchas constituye una verdadera incógnita.
La foto es un poco oscura porque no la quise asustar con el flash. Pero luego la dejó que caminase un poco y no te puedes imaginar lo valiente y educada que era. Y hablo de ella en femenino porque algo me dice que era una gata.
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