Es lo que pregunta Eric Clapton en esta canción. Perdió a su hijo en un accidente terrible. Yo te perdí en un capricho. No sé qué es más trágico y qué más absurdo. Pero igual que él confía en que su pequeño está en el cielo, en paz, así confío yo en que hay una parte de ti que está a salvo, junto con "el coco de tu vida" y muchos otros momentos: el páaaajaro -cuando diste el traspié-; cuando caíste de lleno en mis brazos desde una rama del cerezo; las risas pensando si se rompiese la piscina y bajásemos envueltas en una tromba de agua a la parcela de "ya sabes quién" en "ya sabes qué condiciones"; el día en que vino a comer aquella niña tan finolis y apareció Matilda a recibirnos con las fauces llenas de sangre de gallina; el modo en que todos los enanos de la fiesta de tu séptimo cumpleaños llenasteis un tonel con todo tipo de porquerías; los días en que criamos a Chichilla con el "pechugismo"; el sábado que vacié la bolsa de alcachofas porque se puso chula la de la parada del mercado; cuando le compramos el chubasquero a la Nina; los pastelitos de barro con hierbecitas -todavía me encuentro alguno por la parcela-; lo bien que amasabas las galletas en aquellos días en que me dolían tanto las manos; la historia de Lucía y el "Soplasopas" y Diana y tú, con las cañas, haciendo el bailecito "unga unga" por la calle; los disfraces y maquillajes con Laura...
Hay una parte de ti que no puede haber naufragado en el absurdo.
Hay una parte de mí donde sobrevive todo este universo.
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